Poema sin título

Anciana y astuta, la serpiente repta por mis sueños,
Fluye sinuosamente sobre mi torturada alma,
de su colmillo izquierdo gotea el veneno
y del derecho, el vil consuelo.
Sus pupilas, bien afiladas
Me cortan por dentro.
Sus lágrimas heladas
Enfrían mi pecho.
Sus escamas
Las muda
En mi único lecho.
Es la vieja sierpe alada
Que nace, nace de nuevo.
Lejos de mi mano se halla
Y más lejos aún de mi mirada,
Pero enturbia el tuétano en mis huesos.
Con mi corazón cautivo en la noche estrellada,
Mi honestidad debe pasar por un incierto sendero.
Anciana y astuta, aún la muerte repta por mis sueños.

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