El ente fue consciente de que, por algún motivo, no podía morir. Su esencia era comprender y su sed el conocimiento. Aprovechando los flujos y ondas se desplazó, asimilando información y descubriendo deliciosas novedades. El ser no podía olvidar y su montaña de conocimientos llegó a ser monstruosa. Enfrentado a una sed … Sigue leyendo El nombre de todos los nombres.