Ecos del pasado y esperanzas soñadas

En algunas ocasiones siento un arañazo en el alma. Como una negra uña del pasado que raspa y escarba en mi interior. Es un eco del infinito dolor, del desbordante sufrimiento del que todos hemos surgido. Y tecleando aquí sentado pienso “¿Ha valido la pena tanta muerte, tanta injusticia, tanto horror hasta llegar aquí?” “¿Vale la pena lo que yo pueda hacer, lo que cualquiera pueda hacer, para justificar un camino empapado en sangre humana?”. Y aunque un “no” baila en mis labios, en realidad no conozco la respuesta.

La historia de la humanidad es, en su mayor parte, un pozo de desgracia y tragedia. Un pozo donde la mayor parte está oculta y donde la luz solo toca la superficie. Pero creo que, aunque no conozcamos cada historia concreta, aunque no hayamos escuchado el suspiro de cada alma que sufre, podemos, de alguna forma, sentirlo en nuestro interior. Y ésa es la uña que escarba, que raspa con paciencia, buscando una respuesta imposible, al menos para mí. Un sentido incompresible a un dolor que es el de todos los espíritus sensibles, el de todo lo vivo.

Nuestro camino ha ido reptando desde los más espantosos abismos y, hasta hoy, después de milenios, no ha llegado a elevarse mucho. Creo que es el deber de quien lo comprenda aportar lo que pueda para que algún día tanto sufrimiento sea coronado por la alegría, por un sentido real, por un por qué que justifique esta historia de horror que es la historia del hombre.

Antes yo creía en el progreso. Pensaba que, aunque lentamente y a grandes tropiezos, la humanidad iba elevándose a sí misma en valor, en honradez, cimentando su propia valía. Ya no lo tengo tan claro.

Nosotros, que somos seres de nuestro tiempo, muy posiblemente, moriremos sin saberlo; pero quizá, después de todo, su vida, la mía y todas las que nos precedieron hayan valido la pena. Es hermoso creerlo y quizá por ello, y para el bien de nuestra cordura, sea bueno suponerlo.

En el fondo nadie puede saberlo. Quizá la naturaleza humana sea simplemente miserable, o quizá no. Tenemos las ideas enfrentadas de Hobbes y Rosseau. Tenemos el ardiente debate desde Sócrates hasta Foucault, un dilema que no cesa y que sigue en la actualidad, pero que, probablemente tenga un resultado ya implícito en la naturaleza del alma humana. Porque ¿cuál es la verdadera naturaleza del ser humano?

¿Merece el hombre su poder, su inteligencia? ¿Merece su existencia? Hasta hoy no ha demostrado mucho para merecerla. No seamos ingenuos. Por mucho que nos agarremos, como a un clavo ardiente, al antropocentrismo, a pensar que el ser humano es especial y único, que tiene una misión trascendental y suprema; la realidad es que es el más cruel y cobarde de todos los animales.

En fin, quién sabe qué deparará el futuro a las próximas generaciones. Quizá, después de todo, haya esperanza. Es hermoso imaginarlo, lo es. Y al menos sirve para seguir tirando, para seguir respirando. Lo contrario, ser un misántropo (algo de lo que me acusaron hace poco) sería poco menos que un lastre más, un lastre demasiado pesado y en absoluto recomendable.

Así que ya veremos. Quizá algún día, si nuestro ímpetu de autodestrucción o alguna causa externa no nos extingue, podamos mirarnos unos a otros, sonreír con serenidad y un amor sincero.

Ya veremos. Bueno, ya verá la gente del futuro, nosotros aún estamos demasiado ciegos; pero quizá, después de todo, algún día se haga la luz en el corazón de las personas.

8 comentarios en “Ecos del pasado y esperanzas soñadas

  1. Al igual que tú me hago preguntas, para las que pocas veces tengo respuestas. Creo, incluso, que para la solución a algunas de ellas se necesitaría de un Mesías … una idea muy atractiva, pero nada realista. Y, al darme tantas veces de bruces con esa realidad, recuerdo que en algún momento me afané en indagar sobre los miles de personas que, de una forma u otra, dedican su vida a aliviar la vida de los que peor lo pasan y … realmente me sorprendí. Sólo entonces entendí que sí … que valía la pena lo que tú y yo y cualquiera de nosotros podamos hacer, algo así como encontrar: “ese por qué que justifique esta historia de horror que es la historia del hombre” (como tú mismo apuntas).
    He disfrutado leyendo esta entrada tuya escrita desde las entrañas que, aunque rezume dolor, deja puertas abiertas a la esperanza. Y aunque a veces no podremos ir demasiado lejos, sí que nos servirá, estoy convencida de ello. Es hermoso creerlo y es hermoso imaginarlo.
    P.D.: Si me lo permites me encantaría rebloguear esta entrada tuya a mi propio blog (aunque seamos ahora un grupo pequeño). Si estás de acuerdo lo haría con el siguiente comentario:
    —-
    Hoy traigo por aquí “Ecos del pasado y esperanzas soñadas”, la última entrada de Daniel Henares, que me encantaría que pudierais leer para aportar, quizás, vuestro punto de vista. Es un escrito precioso que deja también puertas abiertas a la esperanza. Os doy las gracias de antemano por el apoyo que podáis darle a su blog”
    ——–
    Espero tu respuesta antes de hacerlo. Un saludo, Daniel 🍃🍀

    Le gusta a 1 persona

  2. Quizás coincida contigo Daniel, en todo o casi todo. Muchas preguntas a las que unos, como el ya viejo Ignatius Reilly, contestaban: «Por el bien de las generaciones futuras, ojalá sean todos estériles» hasta otros que abogan por creer en que la luz volverá sensatos a los que se quedan en cuanto se den cuenta de lo que se les viene encima en un futuro muy cercano y que no habrá nadie que pueda resolver los problemas más que ellos mimos. Lo cierto es que cuando somos maduros no hacemos responsables. Lo peor es que está por hacer eso de enseñarles el NO a los que crecen ahora y a «gasta lo que te ganes» a los ya son algo más maduros..
    Magnífico artículo, Daniel.

    Le gusta a 2 personas

  3. Pingback: Desde El corazón del mar, hasta Daniel H, pasando por Tracy, Eli, Ildefonso y muchos más | Esas pequeñas cosas

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s