Execrar el mal y conducir la propia vida con rectitud se revela extremadamente difícil.
Es bastante sorprendente el hecho de que mucho errores tengan como origen la creencia de que es esencial ser estrictamente lógico y situar la rectitud por encima de todo. Existe una vía más elevada que la rectitud pero su descubrimiento no es cosa fácil y requiere una sabiduría profunda. Comparados con esta vía los principios lógicos resultan verdaderamente insignificantes. Aunque aquel que no tenga experiencia no la conozca, existe un medio de descubrir la Verdad, aunque se haya sabido discernirla por uno mismo. Esta vía consiste en hablar con el otro. Sucede a menudo que una persona, aunque sea imperfecta, puede dar consejos juiciosos a otra, aunque esta última dé la impresión de que domina aparentemente la situación; es algo parecido al que, en el juego de Go tiene, «la ventaja de ser expectador». Se dice que es también posible discernir las propias faltas mediante la «mirada interna» y la meditación; pero incluso en esos casos se obtienen mejores resultados si uno habla con los otros. La razón estriba en que se puede superar la propia capacidad de discernimiento si se aprende a escuchar adecuadamente a los demás y a leer buenos libros.
Siempre se enriquece uno con la experiencia de los Ancianos.
Hagakure
Jocho Yamamoto