Ardiendo en puro escándalo,
Bailando sobre mi propia alma,
Deleitado en mi particular sándalo:
El ron corsario del alba.
Así amanecí alguna que otra vez,
De este modo tan torero,
Por el ron y por eso
Escribiré al etílico placer.
Esta vieja bebida filibustera
Cicatrizó muchas heridas,
Durmió muchas penas,
Ofreció alguna salida
Y hubo motines en su ausencia.
De este mágico elixir
No mucho he leído.
Comparto los placeres del vino
Pero únanse hoy a mí,
Descansemos de la uva y de la vid
Y cantemos por el ron enmudecido,
Por su gran gloria y buen ardid:
Pocos le cantaron a él
Pero bebieron hasta morir.