Cuando parecía que todo estaba perdido su compañero salió de la nada y le dio la mano, la explosión de una granada lo había hecho casi caer por el desfiladero. Juntos subieron la estrecha pendiente que llegaba a la cresta de la montaña, donde estaba el objetivo de su misión. Entonces su amigo dijo algo: “¿Por qué no cambiamos de juego?” Asentí con mi avatar y pusimos otro. Estaba harto de tiros y cargas de artillería.
En aquella remota isla de fantasía éramos únicos por nuestro poder, éramos su única esperanza contra sus enemigos, esa misma noche nos ofrecieron un encuentro en…
La pantalla quedó en negro y el módem quedó sin una sola luz encendida. No se escuchaba ni oía nada. “¿Hola?” Dije. Y allí, en la silenciosa oscuridad del apagón, empecé a sentir como el miedo iba creciendo en mi interior.