Leer Stalker es una revelación. Es como contemplar un color imposible, un delicioso sabor jamás sospechado. Es como encontrar un unicornio en la cola del paro. Leer Stalker es casi experimentar un milagro. He terminado la novela hace media hora; me ha durado tres días, y eso conteniéndome mucho. No he podido evitar recordar la borrachera emocional que sentí cuando era adolescente y descubrí a Edgar Allan Poe.

Sin embargo, terminar Stalker es triste. Como toda las experiencias cortas e intensas deja una sensación de vacío en el corazón. Es como vivir una semana de amor apasionado y sublime con la mujer más maravillosa del mundo. Pero, una vez terminada, queda una melancolía en el aire. Todo se acabó, ella se fue para siempre y solo puedes repasar las fotos y los recuerdos de esa maravillosa experiencia. Feliz de haberla vivido, pero triste porque ya ha terminado. Tengo una resaca literaria que creo que me durará bastantes días. Ahora solo puedo recordar partes del libro, sensaciones inspiradas por él. Creo que no voy a leer nada en los próximos días, aunque sea solo una señal de luto simbólico, como guardarle fidelidad a una novia que en realidad ya se fue.

La ciencia ficción americana y europea es buena, muy buena. Pero estos hermanos rusos han tocado techo, han creado una obra maestra que puede mirar de frente y sin miedo a las mayores creaciones de la ciencia ficción occidental. Pienso seguir leyendo a los hermanos Strugatsky y cuando se me pase el colocón de Stalker reuniré todo lo que pueda de ellos y me lo ventilaré a buen ritmo.

Ahora mismo me siento emocionado, ya peinando canas y con tantas lecturas en la mochila me creía de vuelta de todo, pensaba que mi capacidad de entusiasmarme por un libro estaba ya demasiado erosionada. Pues no. La literatura es así, amigos. Uno se cree muy experimentado, muy curtido, y de repente descubres algo que te vuelve a hacer sentir como un niño al que le hacen su primer regalo. De repente llegan los rusos estos y te hacen redescubrir el mundo entero.

No quiero entrar a hablar del argumento, de los personajes, hacer una sinopsis o una crítica descriptiva ¿para qué? Es mejor que lo descubra cada uno por su cuenta. Es una novela arrolladora, explosiva, destructora en el mejor sentido de la palabra. Solo diré que su visión de los extraterrestres está a años luz de las batatas norteamericanas, de esos alienígenas que no son más que humanos con más tecnología, pero esencialmente igual de miserables y estúpidos que nosotros. Stalker renuncia a explicar lo que muy posiblemente será inexplicable, en ello se hermana con Solaris de Lem.

Y no quiero decir más. Solo preguntaros ¿Qué estáis haciendo con vuestra vida? Leed Stalker de una maldita vez, si los hermanos Strugatsky se llamaran hermanos Johnson y hubieran nacido en Estados Unidos todo el mundo conocería esta maravilla, pero por suerte o por desgracia es ciencia ficción soviética, es una joya oculta y, quizá por ello, aún más hermosa. Léanla, experiméntenla, vívanla. No se arrepentirán.