Los problemas de la democracia

La democracia es un timo. Es un sistema idealizado de forma que la idea poco tiene que ver con la realidad. Quizá sea cierto que es el menos malo de los sistemas políticos, pero es no significa que no tenga miles de problemas. El primero es el criterio del votante; el segundo, el criterio del votado. Más adelante volveremos a eso. También tengo la sensación que la democracia “nivela” la política, de forma que la presión social puede evitar decisiones que serían perjudiciales, pero también otras que serían productivas a largo plazo. Es una especie de camino medio. La democracia hace que nos gobierne el sentido común, un instinto de autoconservación básico, elimina posibilidades de desastre, sí, pero también frena la posibilidad de avances y cambios radicales; potencia la inercia de lo que ya hay, sea bueno o malo. La democracia es una apuesta social mucho más conservadora de lo que podría parecer.

Pero volvamos a sus efectos más concretos y visibles. Una vez leí que en una democracia bien planteada cualquier adulto podría ser, en cualquier momento, un solvente presidente del gobierno. Esto, sencillamente, no es posible. Y no solo por nuestro deficiente sistema educativo, si no por la forma de organización social. Un trabajador medio, con responsabilidades medias, no tiene tiempo ni energía para poder formarse e informarse lo suficiente como para dirigir un país. Aquí tenemos el primer engaño radical y lo que lo convierte en un sistema idealizado de base.

El segundo problema es el criterio del votado: el dirigente. Y realmente es una consecuencia del primero. Hoy un político es un comercial, un comercial de la sociedad, es un vende motos, hablando claro. Si usted vendiera motos ¿le gustaría que sus clientes fueran expertos en mecánica? Yo creo que no. Podría ser un problema ¿verdad? Pues esto es lo mismo. Cuanto más analfabeto y más pasional sea un pueblo más fácil será de dominar.

Otro efecto del problema del criterio del votante es, precisamente, su falta de criterio. Ya sea buscado por el dirigente, ya sea voluntad propia, ya sea por el estrés de la supervivencia diaria, es obvio que no todos tenemos el mismo criterio para todo. Sería bonito que fuera así, pero la realidad es otra. Si yo me pongo enfermo, no salgo a la calle y le pido al primero que pasa que me haga un diagnóstico. No. Voy a alguien a quien le presupongo criterio en medicina: al médico. Igual que si quiero hacer un edificio no hago el boceto en un clínex, llamo a un arquitecto.

Si mi diagnóstico no vale lo que vale el de un médico, ni mis planos pueden sustituir a los de un arquitecto ¿Por qué debo suponer que todo el mundo es experto en política? Entiendo que esto es realmente problemático, que no hay soluciones fáciles ni rápidas. Pero estos problemas son bastante claros y obvios y creo que no deberían esconderse debajo de la alfombra.

También es cierto que son problemas para la gente normal, para el político medio será más bien una ventaja y una oportunidad. Pero, sea como sea, creo que debería haber una visión más honesta de la realidad y una voluntad un poco más justa que esta actitud demagoga.

Para terminar, quería compartir con vosotros un precioso palabro que descubrí hace no mucho: Oclocracia. Significa gobierno de la muchedumbre y es una de las degeneraciones de la democracia. Ya los griegos tuvieron problemas con ella ¿Y adivinan que pasó después? No es sorprendente, la verdad.

Todo esto da tanto que pensar…

Oclocracia, entrada de wikipedia.

5 comentarios en “Los problemas de la democracia

  1. Interesante y valiente reflexión. Afirmas que: «La democracia es una apuesta social mucho más conservadora de lo que podría parecer». También enumeras algunos problemas que esta forma de gobierno presenta. Aristóteles ya clasificaba la democracia como uno de los gobiernos malos, mas que por su constitución, por las cualidades éticas de quien tiene el poder. Ante esto me surge una pregunta: ¿Cuál es la alternativa?

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    • Buenas, gracias por tus palabras. Creo que es conservadora frente a otro tipo de periodos, como los revolucionarios, principalmente. No me refiero a conservador en sentido «de derechas», ese espectro está dentro de la propia democracia y no tiene sentido sacarlo fuera de ella. Podríamos decir, para evitar confusiones, que es continuista. Otros sistemas lo son más aún, o directamente son estáticos.

      Yo, hasta donde sé, no veo ningún planteamiento más estable y relativamente justo que la democracia, pero creo que habría que dejar de idealizarla y adaptarla a la sociedad real. Aparte de montones de problemas evidentes yo también veo el problema que mencioné antes, la del criterio del votante, la cual influye en la calidad de los dirigentes disponibles. Por lo tanto creo que sería también una opción a considerar el hecho de dar a elegir a cada ciudadano si quiere formar parte de el sistema de forma activa o pasiva. No presuponer, no ya que no esté preparado para decidir, sino que quiera estarlo. Por lo tanto daría la posibilidad de salir del juego, por decirlo así. No de no votar, sino de no contar en el voto, como si hubiera un ciudadano menos. Si esa persona en otro momento se siente interesada puede votar, no es una cuestión permanente, claro. Esto es un parche y una chapuza que no sería necesaria en una sociedad equilibrada de verdad, pero la que tenemos es la que hay.

      En definitiva yo creo que al final se trata de conciliar el individualismo y la colectividad, sin caer en sistemas totalitarios ni en sistemas liberales descontrolados. La socialdemocracia tiene mucho de eso, pero se degrada rápidamente. Honestamente a día de hoy dudo que exista un sistema estable, algo que no termine entrando en decadencia para desembocar en otros sistemas diferentes. Más que una alternativa a la democracia, quizá lo mejor sería intentar sanearla y fortalecerla, de forma que gane en estabilidad y durabilidad.

      PD. Perdón por la respuesta tan larga, pero esa pregunta da para libros enteros.

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