Ecos de la sombra

El alarido de la sinrazón
La penumbra de la mente
Las negras noches del corazón
La llaga que la uña explora
El ojo que no sospecha del Sol…
Son ecos de la Sombra

La negra llama eterna
La gris ceniza del ocaso,
La última lágrima que se seca,
Ese vacío que nos aprisiona
Y que vomitamos como tinieblas…
Son ecos de la Sombra.

La nada que es todo,
La mirada de un moribundo,
La hojarasca del Otoño,
El silencio de la alondra,
Todos los sueños rotos…
Son ecos de la Sombra.

Ten tu corona de obsidiana
Y tu círculo de estrellas negras,
Ten tu cetro de ébano puro
Y los humanos corazones, ahora tuyos,
Y que discurren por tus sendas…
Señor de la Sombra.

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