Siete libros recomendados

Aquí os dejo unas recomendaciones literarias para ir preparándose para la primavera. Intentaré expresar lo que me han sugerido y mis sensaciones hacia ellas, más que contar la trama. He intentado meter cosas variadas, pero, como era de esperar, se me ve el plumero. Pero me viene bien, así lo usaré para desempolvar mi pobre blog xD

 Espero que si leéis alguno de los libros que os recomiendo os guste al menos tanto como a mí me gustaron en su día.



—«Puerta al verano», de Robert A Heinlein

Empezamos con un libro amable. Leí hace años esta novela, pero aún palpita en mí un recuerdo agradable de ella. Es fresca, amena y optimista. Intenta enseñarnos que siempre, por enrevesada que sea, existe una salida a nuestros problemas. Quizá el espíritu de la novela sea Petronius, el gato del protagonista, el cual es un personaje más por derecho propio. Un excelente trabajo del que posiblemente sea el mejor novelista de la ciencia ficción norteamericana. Muy recomendable, tanto para animarse cuando uno está un poco mustio, como para disfrutar aún más cuando está alegre.

En el fondo es una historia de amor vertebrada por viajes en el tiempo, pero también es un relato de superación y su lema es claro «No te rindas». La anécdota que sirve para titular la novela es un buen mensaje, pero lo descubriréis si os da por leerla.



«Genealogía de la moral», de Friedrich Nietzsche

Uno de los libros más escalofriantes de Nietzsche y, quizá por ello, de los más esclarecedores con su pensamiento. En este trabajo el filósofo alemán abandona su estilo fragmentario y aforístico y nos presenta su libro más sistemático. Se nos ofrece un estudio de la moral en la antigüedad y en la actualidad, un estudio frío y crudo donde Nietzsche no se anda con tonterías, deja los velados escritos anteriores y da un paso adelante hablando alto y claro.

Para Nietzsche la igualdad entre hombres no tiene ningún sentido, podemos leerlo hasta la saciedad en sus libros, por tanto, cada tipo de hombre debe tener distintos derechos y distintas obligaciones de las de uno de rango inferior o superior. Nietzsche lo llama «moral de esclavo y de amo».

Como decía Baudelaire, «si tu pupila es capaz de sumergirse en mis abismos, pero sin dejarse hechizar…» así hay que leer a este filósofo. Porque no solo es profundo, también es muy brujo y sabe exaltar al lector: es un consumado estilista literario. Esta es mi segunda recomendación, pero va con advertencia: No hay que dejarse embaucar ni por Nietzsche ni por los que lo demonizan, siempre hay que intentar labrar un criterio propio.



«Alfanhuí», de Rafael Sánchez Ferlosio

Este libro es como tener un hermoso sueño encerrado en papel. Hay que leerlo como se bebe el vino o se lee la poesía: a sorbitos pequeños. Es la historia de un niño al que llaman Alfanhuí, pero una historia tan onírica y alucinante, tan colorida y también oscura, que no responde ni de lejos a un relato normal. En mi opinión el inicio es tan espectacular que es imposible mantener ese nivel de maravilla y la cosa va a menos, no obstante, es un librito delicioso.

Muy recomendado para quien guste de la poesía o de esos relatos lovecraftianos oníricos y descriptivos. No es una novela trepidante, no nos lleva a ningún lugar esperado, más bien se trata de disfrutar el camino, de paladear el paisaje; aunque nos estemos moviendo lentamente y en círculos, merece mucho la pena.



«Pegana: tiempos y dioses», de Lord Dunsany

Si bien no resta originalidad al «Silmarillion» de Tokien, las teogonías son muy antiguas, sí que es un claro precedente de la primera parte de éste. Aquí Lord Dunsany nos presenta una serie de dioses imaginarios a través de pequeños relatos. No hay que olvidar tampoco que Lovecraft era un enamorado de este autor y es fácil sondear algunas de sus criaturas y dioses en su obra.

Aquí tenemos a Maná-Yood Sushai, una suerte de Ilúvatar o dios creador que sueña el universo y a los dioses menores, los cuales juegan con los soles, planetas y fuerzas de la naturaleza y, cómo no, también con nosotros.

Hay que decir que el estilo reiterativo y profético tiene unos ecos bíblicos que a mí me han recordado al «Zaratrusta» de Nietzsche, pero con todo ese encanto y delicadeza que sabe aportar Dunsany. Una lectura suave para leer bajo cielos amables que quizá no guste a los que esperen algo más tradicional, pero que puede servir para comprender mejor a autores como Tolkien, Lovecraft o Robert E Howard.

Y Mung hizo el signo de Mung…



«El matrimonio del Cielo y del Infierno», de William Blake

Bueno, qué decir de esta pequeña obra, ¿que no tiene desperdicio? ¿Qué es exquisita desde el título? En ella, mi poeta loco favorito, tras una introducción, nos presenta una serie de visiones deliciosas sobre el infierno y su funcionamiento. Aunque quizá el núcleo de la obra y lo más interesante de ella sean los proverbios infernales, los cuales son maravillosos.

Hay que decir que existe una película que usa este libro de una forma peculiar, se trata de «Dead Man» de Jim Jarmush. En ella tenemos presente siempre una ambientación oscura y brumosa y está íntimamente vinculada con esta obra, aunque pueda no parecerlo a nivel superficial.

También contiene la frase que inspiró el libro de Huxley «Las puertas de la percepción» y se dice que al grupo «The Doors». Dice así: «Si las puertas de la percepción quedaran depuradas todo aparecería al hombre tal cual es; infinito».



—«Laberinto de Muerte», de Philip K Dick

Puede que esta sea, dentro de la intrincada obra del autor, una de las novelas más accesibles de Philip K Dick. En ella tenemos los ingredientes típicos de Dick: paranoia constante, muchos giros, la descomposición de la realidad… Y el punto de vista coral de la mayoría de sus novelas.

Tiene paralelismos con otra de sus grandes obras, «Ubik», aunque ésta de la que hablamos es más cuidada y redonda.

En esta historia acompañaremos a Seth Morley a un viaje lleno de sorpresas en un universo donde la divinidad está declarada, es reconocida e incluso atiende plegarias administrativas. Un libro de ciencia ficción muy recomendable, ideal para iniciarse con Philip K Dick.



«La Tierra Moribunda», de Jack Vance

Una de las primeras obras del subgénero de ciencia ficción fantástica y una de las ambientaciones más melancólicas y otoñales del género. Es un fix up (conjunto de relatos interconectados) escrito en 1950 que nos sitúa en los últimos suspiros de nuestro planeta, en un lejano futuro en el cual el Sol está a punto de apagarse y la ciencia ha sido olvidada. Sin embargo, los conocimientos técnicos han sido sustituidos por el esoterismo y la magia, lo cual despliega una ambientación parecida a la fantasía medieval, pero en un futuro remoto. En este universo vivirán sus aventuras una serie de personajes muy interesantes y variopintos.

Quiero incidir en la ambientación llena de melancolía, la cual me hechizó de joven. Se trata de un mundo donde todo puede acabar en cualquier momento y la poca gente que queda vive en una alegría febril en la que es más valiosa una copa de vino que una colección de joyas. Todo está lleno de ruinas de grandes ciudades, de restos de imperios cuyo nombre nadie recuerda.

Un buen contraste para la primavera que ya asoma por el horizonte.

Deja un comentario